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lunes, 6 de julio de 2009

EL REY, DE PASO POR EL PLANETA POP

Fue inevitable tu llegada al Planeta Tierra

tu infancia iba delante de los sueños

y cuando te diste cuenta

ya las luces de los escenario

tenían otras encrucijadas

que las del esplendor.

Fue entonces que los venerados hados

de la luz impusieron el orden y las reglas.

Estabas en esa cornucopia

de las abundantes notas musicales,

de los célebres pasos

y los estridentes gritos

que se sucedían tras las bambalinas o

dentro de las salas o

en los inmensos espacios

donde no cabías

porque tu estatura

era galáctica.

Y llegaste al mismo fuego de la popularidad

entretejiste los sueños junto al oro

y el brillo majestuso

de tus triunfos.

Fuiste entonces

el voluntarioso transformador

y maquillista incidental de tu rostro.

Incineraste la propia luz de tu inocencia

en aras de ser otro

de querer no ser como tu eras

de querer amaestrarte

con tu yo modesto e inocente,

pero no pudiste con tu sombra

no pudiste con tu oro

no pudiste con tu nada

y asi, columbraste el poder

y el reinado Pop de nuestro mundo

fuiste el que fascinó a las multitudes

que te entregaban, más que el saludo,

un sueño como estandarte;

una sonrisa como un beso;

una amistad que supiste

aquilatar en la más terrible

de las soledades.

La soledad del poder querido Michael

la soledad del que todo lo tiene

menos la chispa del amor.

Excepto el silencio de los días solos

en que abrumado con la carga

de los éxitos, llega el Hombre

a valorar lo tortuoso e imposible de la Vida

Y allí llegaste, hasta la sombra

hasta la espera del último concierto,

la última presentación,

la última coartada de la vida,

sin público alguno, sin aplausos,

sin la entrega del frenesí

y la eclosión de los sentidos.

Sin un fan cerca de tí

para que presenciara

cómo te ibas de la escena

sin un pasillo, sin un chillido

donde guarnecer por siempre

la quimera.

También fue inevitable tu salida del Planeta Tierra

Tus ansias iban delante de los sueños

y cuando te diste cuenta

ya las luces de los escenario

tenían otras encrucijadas

que las del esplendor.

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