
Por Ernesto R. del Valle
Para enfrentar este trabajo, hube de visitar en varias ocasiones la Biblioteca Provincial JULIO A.MELLA, en Camagüey y, en un arduo trabajo de recopilación de datos, junto al flaco, el poeta Roberto Rivacoba, hice un trabajo de pesquizaje, página por página, en el periódico ADELANTE de nuestra provincia, entre las ediciones de 1964 a 1971, entre notas de prensa, y numerosas publicaciones a la BHS
No quise hacer solamente uso de la memoria. Sino estar respaldado de manera bibliográfica por la importancia de la veracidad de los hechos, no obstante el recuerdo personal de aquella época, está plasmado también de manera rigurosa y testamentaria en estas cuartillas.
En primera instancia deseo traer a estas páginas un fragmento del poema
“Estoy por hablar de los otros y de mí", cuyo autor, Eduardo López Morales (Eddy), hubo de conocer de estas fiebres y entusiasmos apocalípticos y vehementes. Cito:
“Solo me permito una advertencia: no hay que creer demasiado
En lo que decimos, lo óptimo sería esperar por los hechos
Los tangibles, comprobables y siempre alcatraces hechos
Que mañana, cuando ya no merezcan importancia,
Porque ya no son posibilidades, serán estudiados y observados
con saña por aquellos que cometerán otros hechos tan absurdo
y espléndidos como los nuestros, Entre tanto me dispongo
a salir de mi casa a sembrar, a maldecir, a enamorarme
de esta sociedad hermosamente insólita.


La Brigada, como cariñosamente la llamamos aún hoy, fue por principio una institución aglutinadora; sus Estatutos no permitían la desidia ni la falta de acción de sus miembros. Fue dinámica en el desarrollo de las actividades y promovía con intransigencia la valoración colectiva, es decir, no había la posibilidad de que se crearan las amargas “piñas” o grupos que tanta indigestión ha provocado en otros organismos.
Toda generación que surge y comienza a desarrollarse, sea del campo de la ciencia o del arte, está signada por fuerzas objetivas que le muerden el flanco y le hace marcar el paso y el ritmo de la marcha. No es reiterativo ni ocioso recordar esos tiempos, duros y complejos, porque el hombre, como ente social, actúa según el medio que lo acoge, transformándose y transformándolo. Esta premisa dialéctica lleva su contrario (como todo) en la propia formación de la conciencia que va creando. El “status: económico, político y social, dirige inexorablemente la vida y la acción de los miembros de toda sociedad.
La realidad histórica de la época en que surge la BHS, estaba regida por una gran marejada de fuerzas que se le anteponía a su desarrollo En el orden político, la contrarrevolución interna, trataba de destruir por todos los medios, los valores esenciales de la Revolución del 59.
No debemos olvidar que el Ejército Rebelde, junto a las milicias y la PNR, hacía solamente tres años atrás (1961), había destrozado en Girón a las huestes de la Brigada 2506, formadas y armadas por el exilio y que habían atacado nuestro Territorio.
Una vez brindadas las copas de la victoria popular, volvieron a hacer su aparición por las zonas montañosas del centro y norte de la Isla, las bandas formadas por elementos infiltrados desde Miami, apoyados por la disidencia interna y campesinos temerosos a una represalia vengativa. Estas bandas trataban de hacer resurgir, desde las cenizas de la derrota sufrida en Playa Girón, sus aspiraciones político-económicas de recuperar las grandes propiedades, sus casas de juegos y prostitución (ya barridos para siempre del ámbito cubano), sus tierras e industrias, hoteles y viviendas en manos del Estado Cubano.
Los combatientes de Girón y los que posteriormente se alistaron a las Fuerzas Contra Bandidos LCB, los héroes y mártires de aquella contienda, defendían los principios socialistas proclamados ya, durante el sepelio de las victimas del bombardeo a la ciudad de La habana, el día 15 de abril de 1961, como preámbulo a la invasión.
La brigada, como cariñosamente la llamamos aún hoy, fue por principio una institución aglutinadora; sus Estatutos no permitían la inmovilidad de sus miembros. Fue dinámica en el desarrollo de las actividades y promovía con intransigencia la valoración colectiva, es decir, no había la posibilidad de que se crearan las amargas “piñas” que tanta indigestión ha provocado en otros organismos.
Toda generación que surge y comienza a desarrollarse, sea del campo de la ciencia o del arte, está signada por fuerzas objetivas que le muerden el flanco y le hace marcar el paso y el ritmo de la marcha. No es reiterativo ni ocioso recordar esos tiempos, duros y complejos, que el hombre, como ente social, actúa según el medio que lo acoge, transformándose y transformándolo. Esta premisa dialéctica lleva su contrario (como todo) en la propia formación de la conciencia que va creando. El “status: económico, político y social, dirige inexorablemente la vida, la acción de los miembros de toda sociedad.
La realidad histórica de la época en que surge la BHS, estaba regida por una gran marejada de fuerzas que se anteponía. En el orden político, la contrarrevolución interna, trataba de destruir por todos los medios, los valores esenciales de la Revolución del 59.
No debemos olvidar que el Ejército Rebelde, junto a las milicias y la PNR, hacía solamente tres años atrás (1961), había destrozado en Girón a las huestes de la Brigada 2506, formadas por el exilio, armadas por los EUA y que habían atacado nuestro Territorio.
Una vez brindadas las copas de la victoria popular, volvieron a hacer su aparición por las zonas montañosas del centro de la Isla, las bandas formadas por elementos infiltrados desde Miami, apoyados por la disidencia interna y campesinos temerosos a una represalia vengativa. Estas bandas trataban de hacer resurgir, desde las cenizas de la derrota sufrida en Playa Girón, sus aspiraciones político-económicas de recuperar las grandes propiedades, sus casas de juegos y prostitución (ya barridos para siempre del ámbito cubano), sus tierras e industrias, hoteles y viviendas en manos del Estado Cubano.
Los combatientes de Girón y los que posteriormente se alistaron a las Fuerzas contra bandidos LCB, los héroes y mártires de aquella contienda, defendían los principios socialistas proclamados ya, durante el sepelio de las victimas del bombardeo a la ciudad de La habana, el día 15 de abril de 1961, como preámbulo a la invasión.
En lo económico, toda la Isla era un hervidero productivo. Nuestra provincia camagüeyana, verdadero emporio cañero, cargaba sobre sus hombros el peso de todas las zafras, a las cuales comenzó a llamárseles “zafras del pueblo”. Todo el azúcar que EUA, se negó a comprar al Gobierno Revolucionario, fue adquirida por la entonces URSS. Ante la negativa de ser refinado el petróleo soviético en las industrias refinadoras norteamericanas, enclavadas en nuestro país, estas fueron intervenidas como solución al problema.
En el orden social, la Revolución había incluido, en 1961, la Campaña de Alfabetización, calificada como el acto más cultural y humano realizado por un país latinoamericano en toda la Historia.








La valoración que hace el compilador de esta antología pone de relieve el arte poético naciente y en desarrollo, como reflejo de la imagen vívida y palpitante. Era, por supuesto, el de la realidad tenaz y desbordante llevada a la poesía.
Esta valoración coincidente en los 29 autores seleccionados, convergía de manera concluyente con lo citado por Fayas Jamis y Fernández Retamar en el prólogo al libro POESIA JOVEN DE CUBA, publicado durante el II Festival del Libro Cubano, refiriéndose a las características de la poesía de la generación de los años 50. Cito.
Donde vio la imagen intentando desgarradoramente encarnar en la historia, vemos a la historia con el desafiante rostro de la poesía.
Los que de manera amorosa comenzaron a encauzar su propia praxis, por aquellos turbulentos y difíciles tiempos, recordarán que para escribir, pintar, hacer teatro o música, debía realizarlo bajo la luz primitiva de un mechón, en pleno campo de caña, con el machete o la guataca de labor a nuestro lado, en las condiciones mis difíciles y en circunstancias peores, con el fusil como compañero en las largas jornadas bajo la lluvia tenaz, cuidando puentes o al raso del sol, en una recién abierta trinchera, preparado y alerta para lo que viniera. Cuántas veces en esa situación, no volaron al olvido, por falta de esa divina trinidad que son el papel, el lápiz y la luz, repito, no se perdió para siempre una idea original, una metáfora tentadora, un tropo afortunado?. Creo que varias veces sucedió a muchos esa terrible adversidad, a muchos de los que, en aquella época, respondíamos a la defensa del país, en el contexto productivo o militar.
La llamada generación del 52, la que nos antecede, estrechó en su momento la mano fraternal a los que surgíamos, inexpertos, como de un huevo de tinieblas. Escritores y
poetas de prestigio, gente que nunca negó la ayuda necesaria con su crítica objetiva y certera.


Suardíaz; con menos grasa y más cabellos, Lucio Estévez autor de
SUR Y POESíA, el promotor carismático de la Brigada y de todas
nuestras iniciativas, el primer poeta de carne y hueso que conocí al entrar al Santuario de la UNEAC para llevar mis pobres versos como
curriculum para mi entrada a La Brigada aún no constituida como tal. Raúl González del Cascorro, se acercaba de vez en vez, meticuloso y exigente con la palabra escrita, como todo un profesor.
También teníamos a mano a Juan Ramírez Pellerano quien estaba dispuesto a dar una clase de preceptiva literaria a quien fuera, hasta en el mismo centro del patio del Círculo de Intelectuales, hoy Restaurant Colonial. Contábamos con el afecto del entonces joven lampiño Manuel Villavella y al ya quejumbroso pero bueno y culto autor de las HONDAS DE ILUMINADAS PIEDRAS, nuestro abuelo José Oberto Caissé. ¿Cómo olvidar al jovial, al siempre jovial y sentencioso, decimista y amigo Santos Hernández y Hernández? ¿Quién de nosotros no sufrió siquiera una vez, su crítica de afilada navaja rozándole el cuello al incipiente cuento o al tierno verso acabado de salir del horno del corazón? ¿Y Francisco Antigua, el bonachón y talentoso Pancho, como lo llamábamos? ¿Cuánto aliento y consejos no dio a sus jóvenes alumnos de artes plásticas, miembros de la Brigada? Desde La Habana nos llegaba Branly: audaz como un loco y con su cabeza llena de sueños y telarañas, venía Helio Orovio, apabullante hasta el delirio; venía el flaco y jodedor Roberto Díaz Muñoz, con aquella boina verde olivo y aquel manojo de poemas mecanografiados, su primogénito LA CURA DEL SIAMES, libro galardonado más tarde con el premio de poesía 26 de Julio, 1971, bajo el nombre LIMPIO FUEGO EL QUE YACE.








http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2007-08-11/los-hermanos-saiz-cuerpos-que-son-estrellas/

1 comentario:
Ernesto,me ha motivado leer tantas historias gratas aquí. Admiro como defiendes nuestra cubanía y autenticidad.
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