CUANDO EN ABRIL NO SE BAILO MERENGUE EN REP. DOMINICANA
El periodista y amigo Francisco Tejada (Pachico) me hace llegar este artículo sobre el film que el cineasta René Fortunato ha realizado, buscando mantener viva la memoria histórica de su Pueblo. Me congratulo en publicarlo por el interés y la importancia tanto cultural como política que tiene, al quedar enraizado, aquel 25 de Abril de 1965, la idea de Patria, Solidaridad y Pueblo en un momento candente para América Latina.
Treinta y cuatro años después, en Abril del 1999, me veo apoyado a la baranda del puente sobre el río Ozama, lugar donde se materializó la acción que dió comienzo a la llamada Revolución de Abril, nombre con el que quedó grabada para las generaciones futuras, aquella gesta.
"Bosch: Presidente en la frontera imperial" , el esfuerzo didáctico de René Fortunato
Por Pachico Tejada
(Publicado en Listín Diario el 1ro de Abril, 2009)
René Fortunato vuelve al ataque con su nuevo documental, “Bosch presidente, en la frontera imperial”. Con su acostumbrado estilo narrativo, el cineasta narra de manera audiovisual y detalladamente las razones que llevaron al poder al importante escritor y político y las causas por las que fue despojado del gobierno siete meses después de haber tomado posesión.
Según lo expuesto en el documental, el gobierno de Bosch es el ideal que debió seguir el país, pero que por las fuerzas remanentes del trujillato, la oligarquía dominicana, la Iglesia católica y el gobierno de Estados Unidos, no pudo ser.
Fortunato sigue en su empeño de que la memoria visual de los últimos 70 años de historia dominicana sea conocida, evitando por un lado que se pierda y por el otro, dándola a conocer a las presentes generaciones que FUENTE EXTERNA no tienen a su alcance este tipo de material.
Con “Bosch presidente, en la frontera imperial”, el realizador viene a completar una serie de trabajos que inició con “Abril: La trinchera del honor”, (1988), y que continuó con la trilogía de “El poder del Jefe”, (1991, 1994, 1996) “Balaguer: La herencia del tirano” (1998) y “La violencia del poder” (2003).
Como en esas anteriores oportunidades, Fortunato es claro, conciso y preciso a la hora de poner en escena el mensaje que le interesa.
Un ágil montaje lineal lleva de manera cronológica la narración de los hechos, alejado de imágenes alegóricas o metafóricas. El uso de imágenes fijas de fotografías y periódicos es reforzado por la acertada edición de sonido con que cuenta el filme.
Los actores que vivieron los hechos que cuenta el documental son llamados por sus nombres y
apellidos y sus rostros aparecen en la pantalla, para que el espectador conozca el papel que jugó,
sin importar si fueron héroes o villanos.
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El Coronel Caamaño escoltado por el pueblo dominicano
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