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martes, 8 de noviembre de 2011

ERNESTO VS ERNESTO (El poeta visto por el periodista)



Entrevista de Ernesto R. del Valle.

¿Cuál es tu nombre? Detalle
que primeramente lanzo.
Mi nombre es cierto remanso:
Ernesto R. del Valle.

Se rumora por la calle
que el poeta pierde pista.
Es la misma del artista
que a sí mismo se respeta,
su verso, como saeta
debe tener una arista.

¿Crees que la poesía
hoy no cumple su función
de llevar al corazón
las realidades del día?
Puedes ver la fantasía
de la llama del cometa
convertida en la cuarteta
de Paz y Solidaridad
y eso lo da la Hermandad
que concientiza el poeta.


Cuando la poesía escribes
de manera repentina
¿temes que no sea fina
y ante algún error te inhibes?
Los versos, como percibes,
salen volando del nido
y no temo, pues resido
en mi confianza suprema;
escojo primero, el tema;
y luego, los versos mido.

Eso es en un segundo
y hay margen para el error,
recuerda que hasta el mejor
se equivoca en este mundo.
No olvido pues bien profundo
he sentido mis errores
y he pensado en los peores
que inconsciente cometí
mas, pienso que hasta Martí
ha mordido sus dolores
  

Cuéntame las influencias
que has tenido en la escritura.
Bueno, la Literatura
emana muchas esencias.
Y son varias las presencias
que han influido en mí.
Primeramente Martí
con su palabra desnuda,
luego llegaron Neruda,
y Vallejo, y Naborí. 
Martí con su vasto verso
tan directo, tan humano,
siempre extendiendo su mano
hacia el pétalo más terso.
Su lectura es Universo
de Galaxias encendidas,
con él sufrí las heridas
de los pobres de la Tierra,
a él mi corazón se aferra
como jinete a sus bridas. 
 
Y de César y Neruda
¿qué encuentra tu verso en ellos?
Los más hermosos destellos
de la América desnuda.
En Trilce encontré la muda
perfección de la palabra,
encontré el “abra-ca- dabra”
de neologismos urgentes.
En Pablo, los sorprendentes
mundos que dentro labras. 

Leí décimas un día
de cierto libro prestado
y me quedé impresionado
de la tanta cubanía
Así seguí,  y a porfía
de  la lectura intimista,
vi en la décima clasista
una fuente singular
y en el Naborí rural
un profundo decimista.
  
¿Al joven qué le aconsejas
para empezar a escribir?
¡Que escriba para vivir!
que no muera tras las rejas
de las inmodestias quejas
por consejos bienvenidos
¡Que lea!, aunque vencidos
los ojos por la lectura
queden,  la Literatura
tiene misteriosos nidos.

Yo le estoy agradecido
por sus palabras, y ahora
antes que rompa la aurora,
con respeto me despido.
Espere, porque algo olvido,
un brindis que tengo en mente,
dos copas de vino urgente
cada una en nuestras diestras
y alcemos las copas nuestras
por la Paz entre la gente. 

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