En la lucha por la sobre vivencia el ser Humano se desplaza de un lugar a otro. Este
desplazarse trae consigo la interacción paisaje-hombre, hombre-paisaje. Paisaje que no es
más que ese mundo que le rodea y va haciendo suyo desde su primera experiencia. En ese
desplazarme para sobrevivir, descubrí, en una de esas tantas amanecidas, en la zona rural de
Homestead al sur de Miami, estas fantásticas imágenes que fotografiaba, a veces, a través de
la ventanilla del auto y otras, deteniendo la marcha para tomar el mejor ángulo del paisaje. Con
la simple cámara de mi celular dejé detenido en el tiempo este segundo, este mínimo pasar de
la vida. Aquí os traigo estas imágenes, estos hermosos e irrepetibles encuentros con la salida
del sol.
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Arde el cielo en la
anunciación del nuevo día y su luminosidad queda detenida para la posteridad en ese instante.
La fotografía es el poema escrito en un segundo..
Es una aventura alucinante capturar ese instante irrepetible en la vida
El gesto de una persona,
la hoja de un árbol en el momento supremo de su caída,
la lluvia en el cristal de una ventana, el paso, a veces inédito, de una nube sobre
nosotros
Una cola de fuego en el horizonte,
hace estallar en una
magistral belleza el nacimiento del
nuevo día. Tan hermosa
como una mujer en su exquisita desnudez, así se nos muestra
la mañana cual parto cotidiano Amaneceres atrapados en esa
magia única y maravillosa de la fotografía.
Momentos irrepetibles que permaneceran en nuestra memoriapara siempre.
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